Se considera que las Terapias Ecuestres son capaces de conseguir nuevos estímulos complementarios a los logrados con tratamientos tradicionales.
Un caballo al paso transmite al jinete 110 impulsos por minuto, además de hacerlo en una serie de oscilaciones tridimensionales como son avance y retroceso, elevación – descenso, desplazamiento y rotación.
La cadencia rítmica y constante del caballo al andar proporciona una forma ideal de trabajo y estimulación. La posibilidad de variar las cadencias, aumentando o disminuyendo los ritmos del movimiento, así como la variación de los aires del caballo (paso, trote y galope), permiten una gran variedad de posibilidades de estimulación.
A nivel psicológico, el caballo es un gran igualador, ya que el hecho físico de montar a caballo rompe con el aislamiento del usuario y lo pone en igualdad de condiciones con otros jinetes sin discapacidad.
Es por ello que la actividad hípica facilita la superación del temor, mejora la confianza y la capacidad de concentración y hace perder las tensiones e inhibiciones físicas y emocionales. Si esto lo sumamos al trabajo de nuestros terapeutas, las posibilidades terapéuticas y de estimulación son infinitas.
Un aspecto muy importante de esta terapia es que el paciente asume los ejercicios como una diversión lejos de una mesa de tratamiento, del ambiente convencional de otras terapias o del aula. El caballo y la equitación pasan a ser un instrumento motivacional para la consecución de los objetivos.
Podríamos resumir los principales beneficios en:
A nivel físico y motor
● Mejora del tono muscular.
● Movilización de las articulaciones de columna y pelvis.
● Facilita el equilibrio y el mantenimiento del tronco erguido.
● Incremento de la elasticidad, agilidad y fuerza muscular.
● Inhibición de reflejos tónicos y movimientos asociados. Favorecimiento de adquisición de la lateralidad.
● Mejora la percepción del esquema corporal (propiocepción).
● Permite trabajar la coordinación o la disociación de miembros y sus movimientos.
● Facilita la precisión de movimiento
● Permite la integración del gesto por comprensión de una orden recibida o por imitación
● Beneficia al sistema cardiovascular debido a la disminución de la presión arterial.
● Entrena la motricidad gruesa y fina, además de la coordinación.
A nivel cognitivo
● Estimulación de la concentración, la memoria y la atención.
● Aumento de los niveles de atención y conexión con el entorno.
● Favorecimiento de la localización temporal y espacial.
● Mejora de las funciones cognitivas en general: Memoria, atención, concentración, lenguaje, percepción, solución de problemas, planificación.
Además, a nivel sensorial, el animal y el entorno es fuente de estímulos (olores, texturas, sonidos, temperatura) que favorecen las experiencias sensoriales.
A nivel social
● El caballo funciona en la sesión como un facilitador o lubricante social:
● Motiva y potencia el uso del lenguaje oral y no oral.
● Ayuda a adquirir habilidades sociales básicas y avanzadas.
● Fomenta la responsabilidad, la independencia personas y el seguimiento de pautas.
● Potencia la adquisición de destrezas para las Actividades de la Vida Diaria.
● Aumenta el nivel de interacción social con otros usuarios del centro y terapeutas, facilitando la inclusión social.
● Favorece la integración en grupos y potencia el diálogo social.
A nivel psicosocial, el caballo es un gran igualador, ya que el hecho físico de montar a caballo rompe con el aislamiento del usuario y lo pone en igualdad de condiciones con el jinete sin discapacidad.
A nivel emocional y Psicológico
● Mejora del estado de ánimo
● Aumento de la autoestima.
●Disminución de los sentimientos de soledad y aislamiento
● Potenciación de la empatía y la asertividad.
● Aumento de las conductas afectivas y positivas
● Regulación de la impulsividad y el control emocional
●Favorecimiento de la superación de temores
● Aumento de la autoestima.
● Desarrollo de la confianza: en sí mismo, en el terapeuta y en el caballo.
● Estimulación de la intención comunicativa
● Favorecimiento del respeto por los demás y por los animales.
● Aumento de la capacidad de adaptación a nuevas experiencias vitales.
Además de estos beneficios, la terapia con caballos es de gran valor para corregir problemas de conducta, promocionar estímulos al sistema sensomotriz, incrementar la interacción social y la amistad, trabajar el equilibrio y la coordinación, ejercitar el cuerpo de manera global o selectiva, trabajar la empatía y sensibilizar en el trato con los animales.